El presidente de Guatemala, Jimmy Morales, abrió este viernes la XXVI Cumbre Iberoamericana donde buscarán la unión y el diálogo ante críticas al multilateralismo, y bajo la sombra de masivas migraciones en Centroamérica y Venezuela.
El mandatario hizo un llamado a redoblar esfuerzos para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, que buscan reducir la pobreza y desigualdades al 2030.
El cónclave se realiza en un exconvento colonial católico de la turística Antigua Guatemala (suroeste), a donde han confirmado su presencia 14 mandatarios y tres vicepresidentes, así como el rey de España.
Varios países con gobiernos de izquierda como Cuba, Nicaragua y Venezuela son representados por sus cancilleres.
Morales auguró que esta reunión pueda servir para definir planes para que las "balanzas económicas y relaciones comerciales e inversiones en la región puedan crecer y hacer de Iberoamérica una zona de liderazgo mundial".
Asimismo, afirmó que en este encuentro saldrá una declaración que renueve "el compromiso de esta región por el desarrollo sostenible".
La Cumbre se realiza en medio de una agitación regional por las caravanas de migrantes centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos. Además de la ola migratoria de venezolanos, considerada por la ONU como la mayor de la historia reciente del hemisferio occidental.
La reunión se desarrolla cerca de las faldas del volcán de Fuego, de 3.763 metros de altura y ubicado 35 km al suroeste de Ciudad de Guatemala. El 3 de junio el volcán registró una potente erupción que arrasó la comunidad Los Lotes, que dejó 192 muertos y 236 desaparecidos, según datos oficiales.
Antigua es uno de los centros turísticos más importantes del país, fundada a principios del siglo XVI por los españoles y declarada patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco en 1979.